Henry
Ford (Dearborn, Michigan, 1863-1947) constituye el arquetipo del
empresario moderno: innovador, osado, exitoso y se convirtió, para la sociedad
americana de los años 20 y 30 en el nuevo modelo de héroe. Pero fue también un
hombre autoritario, obsesionado con el trabajo e incapaz de prestar atención a
las personas de su entorno.