Nelson Mandela (Mvezo, 18 de julio de 1918-Johannesburgo, Sudáfrica, 5 de diciembre de
2013), convertido en un símbolo de la lucha por la igualdad racial durante su
larga estancia en las cárceles sudafricanas, no fue, pese a lo que muchos
piensan, un idealista, sino un hombre pragmático, que promovió tras salir de la
cárcel el abandono por el Congreso Nacional Africano de sus objetivos marxistas
y sus métodos violentos para adaptarlo a las nuevas circunstancias políticas y
negoció con las autoridades una supresión pacífica de las leyes de segregación
racial, evitando cualquier tipo de revanchismo cuando llegó al poder.