FRANCISCO FRANCO (Ferrol, 1892-Madrid, 1975),
carente de talento e incluso de iniciativa, llegó a gobernar con mano de hierro
España durante 39 años. Hombre austero y desconfiado, encontró en la fe
religiosa y la disciplina militar los auténticos pilares de su identidad, algo
que intentaría imponer al conjunto de los españoles.