Stalin

IOSIF STALIN (Gori, Georgia, 1878-Moscú, 1953) se formó en un seminario y llegó a la política de la mano de nacionalismo georgiano, pero el contacto con el socialismo cambió su vida. Su juventud fue una sucesión de cárceles y deportaciones, pero siempre demostró un compromiso absoluto con la causa y una disciplina firme hacia Lenin, el líder de los bolcheviques rusos. Esto le llevaría hasta la dirección del Partido Comunista, instaurando un régimen autocrático basado en el terror.

Hernán Cortés

Hernán Cortés (Medellín, 1485-Castilleja de la Cuesta, 1547), protagonista de la conquista de Méjico, fue un joven ambicioso e inquieto, que llegó a América con muchos sueños y pocos recursos. En una sangrienta y azarosa campaña militar arrasó el Imperio Azteca con unos pocos cientos de soldados españoles.

Einstein

Albert  Einstein (Ulm, Alemania, 1879-PRINCETON, EE.UU., 1955) fue el padre de la física actual y no deja de ser paradójico que sus principales aportaciones las hiciera en los momentos más difíciles de su vida, tanto a nivel profesional como personal.

Felipe II

Felipe II de Habsburgo (Valladolid, 1527-El Escorial, 1598) representó el punto álgido de la hegemonía española en Europa y, precisamente por eso, concitó en su persona buena parte de los mitos en que se basó la llamada “leyenda negra antiespañola”. Hombre trabajador, pragmático y no falto de inteligencia, se vio sin embargo superado por guerras interminables y una vida privada compleja.

Miguel Hernandez

Miguel Hernandez (Orihuela, 1910-Alicante, 1942) se educó en una ambiente humilde y religioso, y con ese aspecto llegó a Madrid con pretensiones de ser poeta. Allí conocería la fama y el socialismo, pero la Guerra Civil truncaría su vida y su carrera.

Che Guevara

Ernesto "Che" Guevara (Rosario, Argentina, 1928-La Higuera, Bolivia, 1967) fue un comunista convencido y entregado a la causa hasta sus últimas consecuencias. Brazo derecho de Fidel Castro durante la revolución cubana, no se adaptó a las exigencias de llamado “socialismo real” y pretendió extender el modelo de la guerrilla comunista al resto de Iberoamérica. Su muerte le convirtió en un mito.